El ciclo integral del agua es un proceso esencial que garantiza el suministro de agua limpia y segura a nuestros hogares, además de asegurar que el agua residual sea tratada y devuelta al medio ambiente en óptimas condiciones.
En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, este ciclo se divide en varias fases clave que van desde la captación del agua hasta su regeneración. A continuación, te explicamos en detalle cada una de estas fases.

Fase de Captación
La fase de captación es el primer paso en el ciclo integral del agua. Aquí, el agua es recolectada de diferentes fuentes naturales, principalmente embalses, azudes y pozos subterráneos. En la Comunidad de Madrid, más del 90% del agua proviene de embalses que aprovechan las aportaciones de varios ríos, incluyendo el Lozoya, Jarama-Sorbe, Guadalix, Manzanares, Guadarrama-Aulencia, y Alberche.
Para garantizar un suministro adecuado, se utiliza una combinación de 13 embalses y 6 azudes con una capacidad total de 943 millones de metros cúbicos. Además, existen 78 pozos de aguas subterráneas en operación, que pueden proporcionar hasta 90 millones de metros cúbicos adicionales cada año. Estos recursos se gestionan de manera cuidadosa para asegurar que el agua captada no solo sea suficiente en cantidad, sino también en calidad, siguiendo estrictas normativas ambientales.
Una instalación representativa en esta fase es el embalse de El Atazar, el mayor de los embalses de la región, con una capacidad de 425,3 hectómetros cúbicos. Este embalse juega un papel crucial en la regulación del agua del río Lozoya y en la distribución de agua a toda la Comunidad de Madrid.
El cuidado del medio ambiente es una prioridad en esta fase. Por ejemplo, se sigue un régimen de caudales ecológicos para asegurar que los ríos aguas abajo de los embalses mantengan un flujo suficiente para preservar los ecosistemas acuáticos.

Fase de Tratamiento
Una vez captada, el agua es transportada a las plantas de tratamiento de agua potable (ETAP), donde se somete a procesos de purificación para hacerla apta para el consumo humano. En esta fase, el agua pasa por varios procesos, incluyendo peroxidación, coagulación y floculación, decantación, filtración, neutralización, y desinfección final. Cada uno de estos pasos es crucial para eliminar impurezas, microorganismos patógenos, y cualquier sustancia que pueda alterar la calidad del agua.
La Comunidad de Madrid cuenta con 14 ETAP que pueden tratar hasta 4,55 millones de metros cúbicos de agua diariamente. La planta de mayor capacidad es la ETAP de Colmenar, que puede tratar hasta 1,38 millones de metros cúbicos al día.
Un ejemplo notable es la ETAP de Majadahonda, una instalación que ha sido modernizada con tecnologías avanzadas como la ozonización y el uso de filtros de carbón activo granular, lo que permite un tratamiento aún más eficiente y seguro del agua.
El tratamiento del agua no solo es vital para la salud pública, sino también para el medio ambiente, ya que garantiza que el agua que llega a nuestros hogares sea segura, sin necesidad de recurrir a alternativas menos sostenibles como el agua embotellada.

Fase de Distribución
Una vez tratada, el agua se distribuye a través de una extensa red de infraestructuras que incluye grandes conducciones, depósitos reguladores, estaciones elevadoras, y redes de distribución que suman más de 17.700 kilómetros en la Comunidad de Madrid.
Las grandes conducciones conectan los canales principales que transportan el agua desde las ETAP hasta los depósitos reguladores. Estos depósitos, más de 320 en la región, almacenan el agua y aseguran que esté disponible cuando sea necesario. Desde allí, las estaciones elevadoras bombean el agua a diferentes áreas, asegurando que llegue con la presión adecuada a todos los hogares, incluso a aquellos ubicados en zonas más altas.
La red de distribución está diseñada para asegurar un suministro continuo y de alta calidad, minimizando pérdidas y asegurando que el agua llegue en las mejores condiciones posibles.
Además, en respuesta al cambio climático y a la creciente demanda de agua, se ha implementado el Plan -25, cuyo objetivo es reducir en un 25% el volumen de agua consumida por habitante para 2030, mejorando así la eficiencia en el uso del agua.

Fase de Saneamiento
El saneamiento es una fase crucial en el ciclo integral del agua, donde se gestiona la recolección, transporte y tratamiento de las aguas residuales antes de devolverlas al medio ambiente. En esta fase, el agua utilizada en hogares e industrias es recogida a través de una extensa red de alcantarillado que incluye colectores, emisarios, y estaciones de bombeo.
En la Comunidad de Madrid, esta red tiene más de 14.800 kilómetros de longitud, complementada por más de 850 kilómetros de colectores y emisarios que transportan el agua a las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR). Las EDAR son instalaciones donde se lleva a cabo el proceso de depuración, que incluye pretratamiento, tratamiento primario, secundario y, en algunos casos, terciario.
Un ejemplo representativo es la EDAR Arroyo Culebro Cuenca Media-Alta, que tiene una capacidad de tratamiento diaria de 129.600 metros cúbicos de agua residual. Esta planta no solo trata el agua residual, sino que también produce agua regenerada de alta calidad para usos industriales y cuenta con un sistema de autoabastecimiento energético a través de biogás.
Además, el saneamiento no solo se enfoca en el tratamiento de aguas residuales, sino también en la recuperación y reutilización de los subproductos, como los lodos, que se convierten en fertilizantes a través de procesos avanzados de higienización.

Fase de Regeneración
La regeneración es la fase final del ciclo integral del agua, en la que las aguas residuales tratadas se someten a un tratamiento adicional para ser reutilizadas en aplicaciones no relacionadas con el consumo humano. Este proceso es clave para una gestión sostenible del agua, ya que permite reducir la presión sobre los recursos naturales y aumentar la disponibilidad de agua en la región.
En la Comunidad de Madrid, más de 32 plantas de regeneración producen hasta 100 hectómetros cúbicos de agua regenerada al año, que se utilizan para riego de parques, jardines, campos de golf, baldeo de calles, e incluso en algunos procesos industriales.
La regeneración del agua es especialmente importante en zonas urbanas donde la demanda de agua para estos usos es alta. Con el agua regenerada, se riegan más de 2.800 hectáreas en la región, incluyendo más de 400 zonas verdes y 11 campos de golf.
Además de los beneficios ambientales, la regeneración contribuye a mejorar la calidad de los ríos, ya que el agua tratada que se devuelve al medio ambiente supera los estándares legales de calidad.

En resumen, el ciclo integral del agua es un proceso complejo y vital que asegura que todos podamos disfrutar de agua limpia y segura, mientras se protege y conserva el medio ambiente.
Desde la captación hasta la regeneración, cada fase del ciclo juega un papel crucial en la gestión sostenible de este recurso esencial.
Con iniciativas como el Plan -25 y el aumento en la capacidad de regeneración, estamos avanzando hacia un futuro en el que el agua será gestionada de manera más eficiente y sostenible para las generaciones venideras.